La historia retorna a su curso principal. Se ha satisfecho completamente la expectación levantada por las vicisitudes y demoras de los libros precedentes. De aquí hasta el final del poema la acción no se ha de interrumpir sensiblemente. El argumento del canto es simple: Aquiles le permite a Patroclo acudir en ayuda del ejército griego con los mirmidones, pero le advierte que no persiga demasiado lejos a los troyanos. Entretanto, Ayante ha sido obligado a retroceder y se pone fuego a una nave griega (1-129). Patroclo, vestido con la armadura de Aquiles, cae sobre los troyanos y los hace retroceder de la nave que arde. Después de alguna resistencia los empuja más allá del foso, matando a muchos (130-418). El jefe licio Sarpedón acude a socorrerlos. Zeus quiere salvar su vida, pero cede ante Hera y soporta que el destino siga su curso. Patroclo mata a Sarpedón. Apolo cura a su compañero Glauco de la herida que recibiera anteriormente y éste defiende el cuerpo del caído. La batalla que sigue termina con la huida de los troyanos. Zeus ordena a Apolo que envía a Sueño y Muerte a llevar el cuerpo de Sarpedón a su casa en Licia (419-683). Patroclo olvida la advertencia de Aquiles y persigue a los troyanos hasta la muralla de la ciudad. Héctor, instado por Apolo, lo ataca. Patroclo mata al auriga de Héctor, Cebriones, sigue un largo combate alrededor de su cuerpo. Finalmente, Apolo desarma a Patroclo y lo matan Euforbo y Héctor (684-857).
Canto XVII: Gesta de Menelao
Muerto Patroclo, Menelao mata a Euforbo y lo despoja de sus armas. Héctor por consejo de Apolo dejando de perseguir a Automedonte le quita los despojos y regresa, mientras Menelao hace venir a Áyax el mayor, para que cuide el cadáver. Héctor se retira ante Áyax, pero incitado por la reprensión de Glauco vuelve nuevamente, luciendo soberbiamente las armas de Aquiles, a fin de arrebatar el cuerpo y lleno de fortaleza anima a cada uno de los suyos en el mismo campo de batalla; simultáneamente llamados por Menelao acuden con presteza los más valientes aqueos. Así en un mismo lugar se origina un terrible combate entre Menelao y Héctor con cada una de sus tropas y pelean uno y otro con distinta suerte. Ellos para defender el cuerpo de Patroclo y éstos para que lo arrastren y sea causa de ludibrio. Zeus vuelve el vigor a los caballos de Aquiles que se dolían por la muerte de Patroclo y Automedonte los regresa al combate en unión con Alcimedonte. Héctor, Eneas y otros, atacan el carro de Aquiles para apoderarse de los nobles caballos y los aqueos sostienen con fiereza el ímpetu de aquellos, quienes tratan también de rescatar el cadáver. Entonces Menelao implora nuevas fuerzas a Atenea, y Apolo exhorta a Héctor con la aprobación de Zeus. Finalmente viene a menos la fuerza aquea, y aun el mismo Áyax Telamonio, tiembla, bajo cuyo mandato Menelao envía un mensajero a Aquiles, y es Antíloco, quien le anuncia la muerte de Patroclo y las derrotas recibidas, y el mismo Menelao junto con Merión apoyado por la compañía de los Áyax, se atreve a llevarse el cadáver hasta las naves, metiéndose entre los enemigos que combatían.
Excelente trabajo ;)
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