Canto XIV: Engaño de Zeus
Néstor, atemorizado por el clamorío del combate, sale de su tienda en la que aún se curaba Macaón, para explorar los hechos en el lugar en que se realizaban (1-26). Agamenón, Odiseo y Diomedes, doliéndose aún por las heridas, le salen al encuentro cambiándose de lugar por la misma causa; el primero de los cuales angustiado por el éxito de la guerra y viendo ahora abierta la muralla, reflexiona sobre la huida (27-81). Odiseo reprueba esta determinación, y así Diomedes persuade a todos a que vuelvan a la batalla y que con su presencia ayuden a todos, dándoles certidumbre y consejos; al mismo tiempo Poseidón conforta a Agamenón que ya se iba y da fortaleza al ejército (82-152). Mientras tanto Hera, para elevar la moral de los aqueos, se arregla en su persona y se prepara delante de Zeus en el monte lda para atraerlo con todos los halagos de una esposa; para lo cual se coloca el cíngulo de Afrodita y hace venir desde Lemnos al dios Sueño, quien lo entretiene en el estado de descanso (153-351). Poseidón había puesto asechanzas en este tiempo, mediante el consejo de Sueño, la suerte de los aqueos que les devolvió auxiliándolos prontamente (352-401). Héctor, herido por el golpe de la piedra que le había lanzado Áyax, estaba sin alientos y fue transportado y curado por sus soldados (402-439). Combatiendo los aqueos a los troyanos, elevados ya sus fuerzas y espíritu de combate, los alejan de las naves, persiguiéndolos en primer término Áyax el menor (440-522).
Canto XV: Nueva ofensiva desde las naves
Despertando de su letargo Zeus, ve a Poseidón dando ayuda a los troyanos contra los aqueos (1-11). Enseguida, reprende ásperamente a Hera y manda llamar del Olimpo a Iris y Apolo; se sirve de ellos como de sus ministros para restituir sus fuerzas a los troyanos y simultáneamente predice toda la serie de designios hasta la destrucción de la ciudad (12-77). Habiendo regresado Hera a la morada de los dioses, Ares sabe por ella lo referente a la muerte de su hijo Ascálafo y se apresta para la venganza; Atenea reprime su cólera (78-142). Apolo e Iris se presentan ante Zeus y por mandato de éste obliga a Poseidón bajo amenazas a que abandone la guerra. Éste a pesar de estar lleno de temor aún se atreve a resistirse (143-219). Apolo alienta a Héctor, ya sanado y retirado del combate por esa causa, y renueva la suerte de los troyanos (220-280). Héctor acomete a los fortísimos aqueos que dejando de combatir se retiraban a las naves; mata a una parte de ellos; a otros los hace huir, yendo delante el dios, quien agitando su égida estremeció de temor a los aqueos y fortaleció a los troyanos, pues derribando el muro, preparó el camino para destruir al ejército (281-389). Por esta terrible desgracia que le comunicó Eurípilo, Patroclo regresó ante Aquiles y lo exhortó para que los ayudara en ese último trance (390-404). Mientras tanto los aqueos combaten terriblemente ante sus naves cayendo muchos de ambas partes (405-590). Finalmente ellos se retiran sin dispersarse entre las filas de las naves, desde las que Áyax Telamonio defiende del fuego, armado con una lanza, porque ya Héctor amenazaba quemar la nave de Protesilao (591-746).
mis compañeros no quieren trabajar, que hago
ResponderBorrarYo quiero un resumen no sé que
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